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Los siete mandamientos

Desde tiempos inmemoriales a los seres humanos nos ha gustado enumerar las cosas porque de esta forma parece que toman mucha importancia. Además, cuanto más preciso parezca todo, mucho mejor: las veintitrés mil doscientas treinta y cuatro coma cinco cosas que debo hacer antes de dedicarle un rato a mis plantas.

Cualquier horticultor que se precie conocerá y llevará tiempo practicando alguno o incluso todos los hábitos que enumeraré a continuación, pero si estáis a punto de empezar un proyecto de huerto desde cero, estos siete puntos tienen que ser para vosotros como los principios irrefutables de una religión 😉



1 Crea compost

Elaborar compost es una práctica que lo único que os aportará son beneficios. Empezaréis con los desechos producidos en vuestra cocina, seguiréis con los del patio y acabaréis obteniendo dos ventajas fundamentales: un suelo perfecto para cultivar (lleno de nutrientes) y un punto verde en casa (menos deshechos para los vertederos).

2 Usa el compost que elabores

Podéis usarlo tanto para extenderlo alrededor de las plantas y evitar que estas enfermen como para mezclarlo con la tierra y añadir micronutrientes de liberación lenta, en macetas, o mejorar la estructura del suelo, en camas de cultivo. También puede ayudar a que la tierra muy pobre, por culpa del uso excesivo de productos químicos, se recupere o a que, si se espolvorearlo un poco de compost por encima, las raíces poco profundas del césped se agarren bien al suelo.

3 Planta en camas de cultivo

Un cultivo adecuado lo es casi todo para una buena cosecha. En las camas de cultivo las plantas se pisan menos, crece muy poca maleza, se conserva mejor el agua y el compost se concentra creando así un sustrato que va mejorando con el paso del tiempo. Además del trato privilegiado que reciben las plantas y el suelo, este es uno de los métodos de cultivo más ordenados y bonitos que existen 🙂

4 Acolcha

El acolchado protege el suelo de las bajas temperaturas, conserva el agua y ayuda a que las enfermedades que se transmiten a través de la tierra no se extiendan. La mayoría de los acolchados orgánicos son preferibles a las telas. Además de que estos se pudren y se filtran a través del suelo, en las telas es más fácil que se forme hielo (no le dedico mucha letra al tema del acolchado porque en primavera poco hay que acolchar…).

5 Alimenta el sustrato

La salud de las plantas depende de unas raíces sanas; para que las raíces estén sanas el suelo debe estarlo también ya que solamente de esta forma las plantas podrán utilizar, como es debido, el agua, el aire y los nutrientes de la tierra. ¿Y cuál es uno de los sustratos con más materia orgánica del planeta? ¡El compost! que, además de ser rico en nutrientes, posee los organismos necesarios (hongos, bacterias, gusanos,…) encargados de transformar estos nutrimentos en “comida” para plantas.

Por tanto, si disponéis de un sustrato bien alimentado (repleto de nutrientes) no será necesario que “deis de comer” a vuestras plantas potingues de laboratorio, los organismos descomponedores, chefs des plantes, se encargarán de que estas se alimenten bien y crezcan sanas y fuertes…

6 Comparte

Los que tengáis un jardín, sois ricos.

¿Tenéis semillas? Intercambiadlas. ¿Plantáis flores? Regaladlas. ¿Os sobran verduras y frutas de vuestra cosecha? ¿Por qué no dárselas a vuestros vecinos o a la gente que pasa hambre?

Siempre se ha hecho y siempre se hará. Además, en tiempos como los que corren, si no compartimos y nos ayudamos los unos a los otros, ¡nadie lo hará!

7 Está ahí

Lo dijese o no Lao-Tsé en su día, es verdad: el mejor fertilizante para una planta es la sombra del jardinero.

¡A hortoculturalizaros!

Leído en thedailygreen